ETAPA 6: DEBA - MARKINA XEMEIN

Pues sí. Etapa dura dura. Y pensar que "solo" eran 20 km. Vaya tela. Primero te encuentras, nada más empezar con una áspera subida hasta "El calvario". Nunca mejor dicho. 

Fila de barquitas domesticadas a la salida de Deba



Flecha y fondo agreste, que te avisan de  la dureza de la ruta de hoy.


Comienza la subidita.
Ahí ya se podía entrever por qué se iba avisando de esta etapa, calificándola como la etapa reina del país vasco. Con este comienzo uno ya acaba KO si andaba flojeando de algún mal. Los problemas de rodilla, o las tendinitis en los talones, o en los empeines, te iban a recordar que empezaste mal el camino, y que hoy tienes que pagar tus excesos. 

Después de eso se llega relativamente pronto  a Olatz, en un pequeño receso, pero a partir de ahí es cuando la cosa se complica, porque uno se vuelve a encontrar una larga y eterna subida, seguida de un falso llano, más eterno todavía, de unos 8 km -en teoría-. 


El cansancio, el hambre, el aburrimiento, la ausencia total del mar, hacen de esta etapa la etapa clave del recorrido hasta el momento. Te encuentras metido de pleno en unos bosques vascos que además comienzan a perder su personalidad para ceder ciertos espacios a plantaciones de eucaliptus. 


Tú baja, que ya volverás a subir.


Ésta es la primera etapa donde el mar desaparece, y uno lo encuentra a faltar.


Todo lo que sube baja, y a aquellos que hayan aprendido a odiar las subidas con el trayecto recorrido, aprenderán que solo puede haber algo peor que una mala subida: una bajada asesina. Esa bajada es la que te hace llegar a Markina con las rodillas resentidas. 


El pueblo tiene poco, o nada que ver, a nivel cultural; excepto una ermita al principio de la población relativamente curiosa: La ermita de la virgen de la roca. La leyenda cuenta que un día alguien encontró una virgen debajo de esta formación rocosa. Yo, destrozado por los kilómetros, no le supe encontrar el aliciente que seguramente podía tener leyenda y ermita. Espero que vosotros lo podáis disfrutar mejor. 

Virgen de la roca.

Como he dicho, el pueblecito no tiene muchos atractivos culturales; y uno suele llegar bastante cansado en esta etapa. Es, por lo tanto, un día que se puede entregar al descanso, a la charla con otros peregrinos, a la reflexión. El albergue es agradable, y tiene una pequeña zona de comedor aceptable, donde puedes entablar una pequeña conexión con nuevos compañeros. Mis amigas peregrinas de Mataró hicieron de anfitrionas a un nuevo compañero que les acompañaría hasta Bilbao, y eso me dio la posibilidad de acercarme a nueva gente. 


7 comentarios:

  1. Hola:

    Etapa durilla, sí señor. La ermita de Markina me pareció espectacular. Llegué a las 20:30 después de un día larguísimo en el que había decidido parar a dormir (lugar del que no hay foto, era un lavadero a 10 km. de Markina), donde decidí quedarme con gente. Sin embargo, al cabo de una hora y media de estar aprendiendo un poco de italiano y de hablar sobre la vida, decidí que siendo la etapa reina del camino vasco, como bien dices, tenía que seguir mi corazón y hacer la etapa entera, así que me puse a caminar esos kilómetros eternos (porque ya sabemos que cuando vamos llegando y va faltando menos, cada vez parece que falta más o que la distancia que caminas o bien no se camina o bien se camina a sí misma). El caso es que hice de la ermita una foto horrorosa con mi móvil en la que solo se ve la entrada de luz, pero me encantan, siempre, las ermitas que me sorprenden.

    Muchos saludos.

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    1. Hola Mei:

      No recuerdo ese lavadero del que hablas. Debía de estar ya destrozado por la etapa, y no le debí de hacer mucho caso. Me llama la atención que valores tan positivamente la ermita que hay a la llegada de Markina. Eso me demuestra una cosa. Las cosas no son como son, sino como las vemos, y eso depende mucho de nuestro momento anímico. Personalmente llegué derrotado a Markina, y seguramente no miré con buenos ojos ninguno de los alicientes que esa población seguramente tenía. Retocaré el texto, y dejaré más clara mi subjetividad en el análisis de esos detalles.

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  2. Hola Carlos, felicidades por el blog. Es, sin duda, muy inspirador.

    He hecho recientemente esta parte del Camino, entre Irún y Santander. Y me permito compartir mi experiencia sobre los albergues en los que he estado y la planificación de las etapas entre Zumaia y Bilbao por si a alguien le puede resultar de interés. Hay algunas leves alternativas sobre las etapas que tú hiciste que creo que pueden ser atractivas si lo que uno busca son lugares con algo más de encanto y más solitarios.

    Estuve como tú en el Convento de Zumaia, un acierto total. Primero porque Zumaia es un lugar especial por el Flysch, la costa, sus vistas, la ermita de San Telmo, etc. Y segundo porque el albergue es diferente, acogedor, y se respira mucha tranquilidad.

    Al salir de Zumaia elegí tomar el camino que va pegado a la costa que te permite contemplar el Flysch hasta Deba. Es un GR, por lo tanto está muy bien marcado. Es cierto que es más duro que el Camino oficial, tiene mucho desnivel acumulado porque recorre varios miradores situados sobre acantilados, pero si uno quiere descubrir ese tipo de formaciones geológicas, es estupendo. De hecho, hay incluso una app sobre el Geoparque de la Costa Vasca en la que se incluye una audioguía gratuita que te explica ese fenómeno natural. Recuerdo que ese día hizo muchísimo calor, no llevaba nada de agua y llegué a Deba hecho polvo, pero mereció la pena.

    La hospitalera del albergue de Zumaia me había sugerido alargar un poco la siguiente etapa y al ver Deba decidí seguir su consejo. En vez de quedarme allí, en un pueblo grande que no me despertó mucho interés, decidí continuar un poco más adelante hasta el albergue privado de Izarbide, situado en el alto de El Calvario. Efectivamente, la etapa se alarga y la llegada al alto cuesta porque hay un cierto desnivel. Pero el albergue está situado en un lugar magnífico y con buenas vistas hacia la montaña (la costa ya se intuye lejana detrás de Mutriku). El albergue es de pago, creo recordar que dormir costaba 13 euros y la cena, voluntaria, 12. A mí me mereció la pena. Primero porque uno puede reservar y llegar cuando quiera. Y, segundo, porque es un lugar en el que uno puede descansar muy tranquilamente. Al no haber nada alrededor, todos los peregrinos nos quedamos por allí de charla por la tarde y en la cena y fue muy interesante. Surgieron buenas amistades para el resto de los días.

    A su vez el consejo de la hospitalera de Izurbide fue que no me quedara en Markina al día siguiente, sino que continuara hasta el Monasterio de Zenarruza, en donde viven aún siete monjes cistercienses que acogen con enorme hospitalidad a los peregrinos. Esa etapa es larga pero al haberla acortado un poco llegando a Zenarruza, se hace más ligera. Markina no me pareció un sitio que mereciera mucho la pena así que de nuevo hice caso al consejo y continué.

    Los monjes de Zenarruza te ofrecen hospedaje, cena, desayuno, por la voluntad. Lo aconsejo absolutamente. Allí no es fácil reservar porque uno llama pero no siempre le contestan. Y creo que si contestan es para decir que adelante, que ya encontrarán un lugar para recibirle. El entorno es magnífico, ideal para echar la tarde descansando. Disponen aproximadamente de 20 camas, pero estoy seguro de que si hay cinco personas más, sabrán acomodarles de alguna forma. La cena es muy sencilla, la misma que ellos toman, pero sabe excelente porque de nuevo se comparte con todos los peregrinos. Y en el dormitorio hay una pequeña cocina con café, infusiones, galletas, para tomar en cualquier momento. El Monasterio es precioso, la colegiata está abierta y merece la pena visitarla, así como el claustro. Aconsejo también probar la cerveza que estos mismos monjes elaboran, cervezas rubias, tostadas o negras que venden por un precio razonable en el propio monasterio. Y, aunque yo no estuve y me arrepiento, puede ser también aconsejable ir a la misa que hacen justo antes de la cena, ya que es cantada en gregoriano, y quienes fueron disfrutaron de la experiencia.

    (Sigo debajo que no me dejan escribir tanto...)

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  3. Desde allí a Gernika se llega cómodamente. Y de nuevo siguiendo el consejo de la hospitalera de Izarbide, preferí no quedarme allí a dormir y continuar unos pocos kilómetros más hasta el albergue Eskerica, cerca de Morga. Es privado, cuesta unos 14 euros, pero es también muy tranquilo, muy acogedor. No ofrece cena, pero te venden los alimentos para que prepares tú lo que quieras en una cocina exterior. Nos juntamos varios peregrinos y cocinamos juntos una pasta, con una botella de vino y pasamos una noche muy agradable. Por delante ya está Bilbao, pero estamos muy cerca así que se llega pronto, de forma que uno tiene tiempo para conocer la ciudad.

    Disculpad el rollo. Solo espero que estas alternativas puedan ser de utilidad para alguien que pase por allí en el futuro.

    Abrazo!

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    1. ¡Muchas gracias, Javi! Perdona por no haberte respondido antes...pero tengo el blog un poco abandonado, y veo que a pesar de que yo no entre tanto como antes...sigue siendo útil. Me encanta también que vuestros comentarios ayuden a refrescarlo, y a mantenerlo actual, en la medida de lo posible.

      Tus aportaciones, y tus variantes en los lugares donde dormir me han parecido fantásticos. Si lo volviera a hacer, sin duda que tomaría nota de tus consejos.

      ¡Buen camino!

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  4. HOLA A TODOS ES POSIBLE PARTIR La Etapa de Deba a Markina-Xemein

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  5. He leído por ahí que antes de Olatz, en Ibiri Auzoa, o Izarbide, creo que hay algún albergue nuevo. El peregrino de antes de tu comentario, Javier, comenta algo. En algún otro lado he visto que no parece ser que tenga muy buenas críticas. Como no lo tengo claro, no puedo asegurarlo. Te animo a buscar más información. ¡Buen camino!

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