ETAPA 29: PIÑERA - TAPIA DE CASARIEGO


Día bastante tranquilo. He salido de Piñera pronto, y con la intención clara de no perder mucho tiempo en paradas innecesarias. He ido, por tanto, con cierta diligencia, haciendo las fotos necesarias, pero parando solo unos minutos para descansar y tomar algo de fruta. 

Preparando las cosas para salir. La gente suele ultimar detalles en el comedor para no despertar a la gente  en los dormitorios.


Amanecer. Las nubes nos acompañarían prácticamente todo el día, amenazando lluvia.



La primera parte de la etapa consiste sobretodo en ir dando zig-zags a la carretera, por caminos llanos y muy agradables. En mi caso se acompañó de  un sospechoso clima que amenazaba a la lluvia. Eso se fue dando hasta la llegada a la población de La Caridad. Antes, por eso, se llega a la población de Navia, a una hora prudente y correcta para desayunar. Yo, sin embargo, me salté ese paso, y seguí adelante.

Ayuntamiento de Navia. Bonito sitio para desayunar.

La ruta siguió dando vueltas alrededor de la nacional, y poco después se llega a la primera cruz de santiago, que acompañará al camino hasta Santiago. Antes, sin embargo, se pasa por el puente que te hace cruzar el rio Porcia. 

Pasando por el río Porcia





Primera cruz de santiago. Nos indica la proximidad de Galicia.

Es ahí, poco después de Porcia, donde siguiendo un poquito el camino, surge el desvío hasta Tapia de Casariego, ya que el camino original se desvía a Tol. 


Al fondo, peregrina descansando los pies.

La aparición frecuente de estas cruces, quizás algo descomedidas, excesivas, demasiado ostentosas para un bosque, nos ofrece sin embargo la tranquilidad de saberse en terreno seguro, bien guiados.
En diversas ocasiones a lo largo del trayecto de hoy, el camino de Santiago se vuelve a cruzar de nuevo con el sendero GR-9. A veces incluso es el mismo. Se puede escoger hacer el trayecto por este camino en algunos tramos, que te ofrece algunas vistas más, a cambio de hacer algún quilómetro extra. A mi me empezaba a sorprender una ampollita en el talón del pie izquierdo, y puesto que hoy era mi última etapa, y ya había visto suficiente mar, opté por seguir el camino de Santiago hasta llegar a Tapia. 



Cualquier leve rincón sirve ahora para guiarte. 



El albergue, con unas vistas impresionantes, está absolutamente encarado al mar, e instalado en un pequeño acantilado sobre una breve playita de piedra. Las vistas, como he dicho, son agradabilísimas, pero la tormenta se iba preparando, y no pudimos disfrutar mucho del exterior. Así que me dediqué a visitar la población y comprar algo para cenar. El pueblo se orienta principalmente hacia el pequeño puerto que tiene, y sus calles más encantadoras están alrededor de éste. 

Puerto de Tapia. Sus barecitos con vistas al puerto son muy agradables.

Al día siguiente se acababa mi trayecto en el camino. Son curiosos los finales en el camino de Santiago. Por un lado esas ganas de acabar, de volver a lo antiguo, a la casa, al hogar, a lo verdaderamente tuyo, a lo matricial. Por otro, la tristeza de dejar de lado a tus actuales compañeros, que van a seguir viviendo sus aventuras, y que van a llegar al sitio que tu también tienes como meta.

Vistas desde el Albergue.

Dicen que el camino de Santiago es un espejo de la vida. La diferencia entre el fin del camino y el fin de la vida es que en el camino, cuando éste acaba, uno sabe perfectamente a dónde vuelve, y ese lugar de retorno suele ser algo cariñoso, agradable, propio, dominado, conocido. ¿Es la muerte algo así, una vuelta a algo conocido? Ese es el gran problema, que no lo sabemos, y nuestro desconocimiento nos genera una íntima inquietud que nos descoloca por completo a lo largo de toda la vida.


Cuando volví de pasear por el pueblo, y haber tomado una cervecita en soledad -era un día en el que la Soledad se me hizo necesaria, al menos durante aquellos momentos de reflexión y despedida del camino- volví al Albergue. Allí estaban mis compañeros, con quienes compartí un agradable momento de conversación, hablando de nuestros verdaderos motivos para caminar. Una conversación entre literas que destapó algunos secretos entre sonrisas. La tormenta, afuera, arreció. El camino también comenzaba a despedirse a su manera de mi.

Vistas desde el albergue: el pueblo asomado a la tormenta.

4 comentarios:

  1. Enhorabuena Carlos! Ha sido estupendo que hayas compartido con nosotros tu experiencia en el camino. Mar

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    1. Muchas gracias a ti, Mar. Creo que no nos conocemos, pero espero que te haya gustado todo, y que te hayas sentido haciendo tú también el camino.

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  2. Precioso el concejo de tapia de casariego, la zona es espectacular!

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    1. Efectivamente, Asturias se despide con unos pueblos espectaculares, y unos paisajes marítimos que se te quedan en la retina de por vida!! Tienes toda la razón!

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